BACTERIAS: Son diminutas criaturas unicelulares que obtienen sus nutrientes del entorno para sobrevivir. Algunas de las infecciones que provocan las bacterias son el dolor de garganta (conocido como amigdalitis o faringitis estreptocócica), las infecciones de oído, las caries y las neumonías.
VIRUS: Necesitan estar dentro de células vivas para crecer y reproducirse. La mayoría de virus no pueden sobrevivir durante mucho tiempo si no se encuentran en el interior de un ser vivo, como una planta, animal o persona. Los virus pueden causar la varicela, el sarampión, la gripe y muchas otras enfermedades.
HONGOS: Son organismos multicelulares similares a las plantas. Les encanta vivir en lugares húmedos y cálidos y la mayoría de ellos no son peligrosos para las personas sanas. Un ejemplo de un problema provocado por los hongos es el pie de atleta, esa erupción asociada a picazón que los adolescentes y adultos desarrollan a veces entre los dedos de los pies.
PROTOZOOS: Son organismos unicelulares a los que les encanta la humedad y que a menudo propagan enfermedades a través del agua. Algunos protozoos provocan infecciones intestinales que cursan con diarrea, náuseas y dolor de tripa.
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